Semana laboral de 40 horas en noviembre de 2025 formalizará la propuesta

 



La presidenta Claudia Sheinbaum anunció que en noviembre de 2025 formalizará la propuesta para reducir la jornada laboral en México de 48 a 40 horas semanales, una medida que, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), beneficiará directamente a más de 30 millones de trabajadores subordinados. La iniciativa marca un giro estructural en la cultura laboral mexicana, orientado hacia un mayor equilibrio entre vida personal y trabajo.

Un cambio largamente esperado
Durante más de ocho décadas, el modelo de 48 horas semanales ha sido el estándar en la Ley Federal del Trabajo (LFT); sin embargo, este esquema ha sido objeto de críticas por su impacto en la salud, productividad y bienestar de los trabajadores. La nueva propuesta responde a una tendencia internacional impulsada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que promueve jornadas más cortas y una gestión eficiente del tiempo laboral.

La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) adelantó que la implementación será gradual, flexible y sectorizada, con una aplicación total prevista para el año 2030. Antes, el proyecto deberá ser discutido y aprobado por el Congreso de la Unión a finales de 2025.

Elementos centrales de la reforma
La reducción de la jornada no se limitará a disminuir el número de horas. La STPS ha delineado un conjunto de medidas complementarias destinadas a proteger los derechos laborales y mantener la competitividad empresarial:

  • Revisión del tope de horas extraordinarias, con el propósito de evitar abusos y sobreexplotación.
  • Reconocimiento formal del pago por hora, lo que permitirá mayor transparencia en la remuneración proporcional.
  • Creación de la prima sabatina, como compensación adicional por trabajo en fines de semana.
  • Establecimiento de un observatorio laboral, encargado de vigilar la correcta implementación de la reforma y detectar prácticas de simulación.
  • Deducibilidad total de prestaciones e incentivos fiscales para las empresas que adopten la jornada reducida sin disminuir productividad.
  • Inclusión de trabajadores del Estado dentro del nuevo esquema, garantizando uniformidad en los derechos laborales.

La STPS subrayó que el proceso se basará en el consenso tripartito —entre gobierno, trabajadores y empleadores— y en la construcción de un modelo de sostenibilidad económica, evitando impactos negativos en sectores sensibles como manufactura, comercio y servicios.

Los retos para el sector empresarial
La reducción de la jornada laboral plantea importantes desafíos para las empresas, particularmente en términos de productividad, costos operativos y reorganización de turnos.

  • Ajuste de plantillas y horarios: muchas empresas deberán rediseñar esquemas de trabajo para cubrir los mismos niveles de producción con menos horas laborales.
  • Incremento en costos laborales: la necesidad de contratar personal adicional o pagar horas extra puede generar presiones financieras, especialmente en pequeñas y medianas empresas.
  • Transformación tecnológica: se prevé que las compañías inviertan en automatización, digitalización y capacitación para compensar la menor cantidad de horas disponibles.
  • Gestión del cambio organizacional: la transición requerirá diálogo constante entre empleadores y trabajadores para mantener la motivación y evitar impactos en la calidad del servicio o la producción.

Estos retos evidencian que la reforma no solo implica una modificación legal, sino una reconstrucción integral del modelo de trabajo que obligará al sector productivo a adaptarse con innovación y eficiencia.

México frente al contexto internacional
De acuerdo con datos de la OCDE, México es actualmente el país con más horas trabajadas del mundo, con un promedio anual de 2,193 horas, cifra que supera en más del 20% la media global. En América Latina, Chile y Colombia ya han iniciado la reducción progresiva de sus jornadas laborales, mientras que Ecuador, Brasil y República Dominicana operan con semanas más cortas.

La OIT ha señalado que los beneficios de estas reformas se reflejan en una mayor productividad, menor rotación de personal y mejor salud mental, siempre que existan mecanismos de cumplimiento y supervisión efectivos.

Hacia una nueva cultura laboral
La reducción de la jornada laboral a 40 horas representa uno de los cambios más trascendentes en la historia reciente del derecho laboral mexicano. Su éxito dependerá de la capacidad del Estado para implementarla gradualmente, del compromiso de las empresas para adaptarse sin sacrificar productividad, y del diálogo constante entre los sectores involucrados.

Más allá de una medida legal, esta reforma refleja un nuevo paradigma social: valorar el tiempo personal como parte del bienestar colectivo y promover una economía donde trabajar menos no signifique producir menos, sino trabajar mejor.

Para las empresas, el desafío será transformarse y modernizarse; para los trabajadores, equilibrar la vida y el empleo; y para el país, construir una cultura laboral donde la eficiencia y el bienestar coexistan en armonía.

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